Desde hace siglos, nuestros antepasados, daban gran importancia a la luna y su ciclo. Incluso algunos de sus calendarios, estaban basados a este fenómeno. Prestaban atención a las fases de la luna y cómo estas afectaban a la tierra, a los animales y a los humanos.
Con el paso del tiempo, esta práctica se fue perdiendo, quedando como una leyenda o cultura popular.
En el mundo esotérico y mágico, la luna sigue teniendo una gran importancia.
Por ello, os voy a contar un poco cómo funciona cada fase lunar, su ciclo y que nos aportan.
El ciclo
Un ciclo lunar (lunación) es el periodo que tarda la luna en volver al mismo punto respecto a la Tierra y al Sol. La luna tarda 29 días y 12 horas en hacer este recorrido, periodo que nosotros relacionamos con 1 mes.
Consideramos que el ciclo empieza con la Luna Nueva (algunas personas, o culturas, pueden considerarlo en Luna Llena), representando el nacimiento. De ahí, cada día crece (pasando por Cuarto Creciente) hasta llegar a su madurez, donde la vemos al 100% iluminada (Luna llena) y después, viene su decadencia ( pasando por Cuarto Menguante) hasta llegar a su “muerte” (Luna Nueva).
En el caso de las mujeres, si os fijáis, el ciclo lunar corresponde tanto en tiempo (en función de cada mujer) como en cinco con la menstruación.
Nuestra Luna Nueva sería el momento en el que tenemos la regla, después viene el periodo pre-ovulatorio, nuestra Luna Llena sería la ovulación, cuando más fértiles somos, y después el periodo pre-menstrual hasta llegar de nuevo a la menstruación.
Hablaremos de ello en otro post en profundidad.
Las fases
Cada fase, despierta un tipo de energía, también cíclica.
La energía aumenta cuando la Luna crece, y baja cuando ella mengua. Por lo tanto, podemos aprovechar esas energías para trabajar.
Un ejemplo son las plantas:
Durante la fase de Luna Nueva, la savia se acumula mayormente en la raíz y va subiendo por el tallo hasta llegar a la copa con la Luna Llena, de nuevo empieza a descender por el tallo para volver a la raíz a final de ciclo. Del mismo modo, afecta a las mareas.
Luna Nueva
Es el inicio del ciclo. Aquí la Luna, no es visible. Es un buen momento para hacer limpieza, tanto de espacios como de herramientas mágicas, como cristales, por ejemplo. A nivel personal, es un buen momento para hacerte propósitos y dejar que se formen nuevas ideas de cara al nuevo ciclo lunar.
Cuarto Creciente
Durante el periodo creciente de la Luna (de Luna Nueva a Luna Llena) es cuando más preparados estamos para desarrollar esas ideas y llevarlas a cabo. Nuestra energía es activa. Es el momento más productivo.
Luna Llena
Quizá sea la más conocida para desarrollar rituales. La luna nos ilumina completamente y su energía es mucho más fuerte. Es momento de completar nuestros objetivos y celebrarlos, alcanzar nuestro cenit. La Luna te llena de energía. Del mismo modo que usábamos la Luna Nueva para limpiar nuestras herramientas mágicas, la energía de esta fase, es usada para cargarlos y aumentar su poder. Exponerlos a la luz de la Luna, hacer rituales de carga, de bendiciones… Un buen ejercicio es darse un baño de luz de Luna.
Cuarto Menguante
En la fase menguante de la Luna, las energías invitan al recogimiento y a la liberación. Usamos este tiempo para soltar lastres, para descargarnos de aquello que no queremos y que hemos acumulado. Medita sobre lo que has aprendido y vivido este ciclo. Es un buen momento para dejar hábitos y romper con malas costumbres. Repón fuerzas.
Por lo tanto, la Luna, está muy presente en nuestra vida y tiene grandes secretos que revelarnos si nos dedicamos a observarla.
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