Hoy quería hablar o hacer una pequeña reflexión sobre la cosecha, tanto en el sentido literal como metafórico.
La cosecha son los frutos que recogemos tras un esfuerzo. Ya sea en la agricultura o en la vida.
En este momento del año, en el hemisferio norte, estamos recogiendo aún cosechas de diferentes plantas. Es un momento en el que todo el esfuerzo del trabajo del ser humano y de la naturaleza, tienen su recompensa. Para mi esta idea supone una combinación de por un lado "lo que nos merecemos" y un "regalo divino". Creo que es una bendición que la Tierra nos suministre aquello que necesitamos para vivir, nos de ese sustento para los meses oscuros y fríos.
En la vida creo que ocurre igual. Aquello que conseguimos es gracias a nuestro trabajo y esfuerzo por lograrlo, y el factor "Universo" que nos ayuda cuando algo tiene que ser o llegar a buen puerto.
Vamos a ver un poco de etimología:
Cosecha, antiguamente cogecha, viene del latín collecta, formada con el prefijo co- (con, junto) y lectus (escogido), participio del verbo legere (escoger).
Esto me hace reflexionar en el termino "escoger", aquello que nosotros decidimos. Si nos esforzamos y ponemos de nuestra parte "escogemos" que es lo que vamos a cosechar, frente a si no hacemos nada y dejamos que sea la vida la que nos traiga lo que mejor le parezca.
Las cosechas, tanto por temporada agrícola, como cuando obtenemos un logro en nuestra vida personal, son momento de agradecimiento.
Creo que lo de la gratitud es un tema importante. Su significado origen es "alabar en voz alta" es decir, reconocer y honrar a otro.
Esto nos hace pensar en la importancia de verbalizar, del mismo modo que lo hacemos para pedir, también para recibir.
Creo que cuando agradecemos, nos abrimos a recibir, de nuestro trabajo, de la Vida, del Universo...
Y aunque lo de agradecer a otros lo tenemos más claro, se nos olvida agradecernos a nosotros mismos. Y a este punto es al que quería llegar con este post.
Me gusta ver al ser humano como un "mini Dios" creador de gran parte de su realidad. Mucho de lo bueno que tenemos en nuestra vida es por las decisiones que hemos tomado y nuestro trabajo. Personalmente creo en los regalos divinos y que hay bendiciones que nos llegan que no tienen que ver directamente con algo que hayamos hecho nosotros, pero también creo que si el Universo nos manda un regalo, es una recompensa por estar haciendo las cosas bien, así que en cierto modo, volvemos a estar en la ecuación.
Tendemos a exigirnos mucho, a ser perfeccionistas, machacarnos con una u otra cosa y centrarnos solo en todo lo que nos queda por hacer. Pocas veces paramos a ver nuestros logros, nuestros procesos, avances y triunfos. Es como si lo bueno de nosotros se nos olvidara. Por eso en esta época de cosechas, a parte de agradecer a la Naturaleza, os quiero proponer un pequeño ejercicio para agradecernos a nosotros mismos todo lo que hemos trabajado y peleado en este ciclo que termina (desde el octubre pasado hasta ahora). La intención de este ejercicio es reconectarnos a nosotros, darnos ese valor y abrirnos a recibir, no solo a dar.
Ejercicio de gratitud + Ritual
Ejercicio de gratitud:
Lo primero que necesitamos es hacer una lista de todos los logros de este último ciclo. Es decir, desde el Octubre pasado hasta ahora. No tengas prisa en hacer esta lista, si necesitas utilizar varios días está perfecto. Haz un recorrido visual por tu habitación, tu casa... Rememora cómo ha sido el año y cómo es tu vida ahora. Si en algún momento te llega un aspecto negativo, pensamiento de "fracaso", no te enredes en él. Puedes decirle "ahora no es tu momento" y dejas que se vaya, focalizándote en más logros. Si ves que esto te cuesta, ten a mano un papel para escribir los pensamientos intrusivos y ocuparte de ello más tarde (o quemarlo si te hace sentirte mejor).
Si crees que este ejercicio es importante o te apetece, puedes añadir otros logros de años anteriores que sean relevantes para ti. Cuando sientas que tienes todo aquello por lo que quieres agradecer, escribe debajo un decreto como este o similar:
"Yo me doy gracias por todo el esfuerzo, energía y tiempo dedicados, me honro y reconozco el valor por conseguir todo esto y más, me abro a recibir mi cosecha. Gracias, gracias, gracias"
Con esta lista, nos vamos a ir a un espejo (soy consciente de lo que para muchas personas, entre las que me incluyo, supone esto, pero es algo que podemos hacer y que merece la pena). Es un momento de gran intimidad, por lo que te recomiendo que busques un momento en el que estés a solas y nadie te moleste. Puedes coger un espejo pequeño y buscar un espacio en la naturaleza si en casa no te es posible, o incluso en el espejo del coche.
Respira profundamente, ponte delante del espejo, mírate a los ojos y con la lista en la mano vas a ir dándote las gracias por cada una de las cosas apuntadas. No hagas trampas y la leas sin mirarte en el espejo. Lee el logro, mírate en el espejo, y dilo en voz alta. Al principio es normal que cueste, pero según avances te irá siendo más fácil. Termina con el decreto que hayas escrito y permanece unos segundos en silencio, con la mano en el corazón y mirándote a los ojos.
Quizá sientas paz, relajación, una sensación reconfortante... O te den ganas de sonreir o llorar. Pase lo que pase permítete experimentar esas emociones, acéptalas y date tiempo para integrarlo.
Ritual:
Vamos a hacer un pequeño ritual de gratitud. La luna llena es un buen momento para hacerlo. Para este ritual me he inspirado en la idea de la cosecha. Trabajamos la tierra, da sus frutos, los recogemos, los comemos para estar sanos y fuertes, integramos toda esa energía en nosotros, y comenzamos el ciclo de nuevo.
Vamos a preparar un alimento mágico. Puede ser un té, un pastel, galletas... la idea es que sea algo que te guste mucho y disfrutes, y que tengas que cocinar a ser posible.
Antes de empezar a cocinar, coge tu lista y lee todos esos logros que anotaste. Ahora visualiza todo el trabajo que hiciste para conseguirlo.
Con esa idea en mente vamos a cocinar.
Prepara tus ingredientes.
Simbolizan las herramientas que nos da la vida, los regalos del Universo, por lo que vamos a darles las gracias uno a uno por estar en nuestra vida. También a todo el trabajo de otras personas para que esos ingredientes lleguen a tu cocina.
Comenzamos a preparar
Simboliza el trabajo, esfuerzo y tiempo empleados. Pon todo tu amor y cariño en este proceso, disfrutando del momento y cocinado de manera consciente (pues es un ritual). Puedes visualizar como el movimiento de tus manos genera energía, aquella que es capaz de crear y transformar. Una vez termines, date las gracias mientras te focalizas en el resultado por todo el trabajo realizado.
Espera (opcional)
En el caso de que lo que hayas preparado necesite tiempo de reposo (por ejemplo cocinar en el horno, calentar, refrigerar...) puedes darle intención también. Esto representa el tiempo que hay que esperar hasta ver los resultados. Ese periodo en el que ya hicimos todo lo que estaba en nuestra mano y solo queda esperar a ver que sale. Puedes aprovechar este momento para decirte que independientemente del resultado, tiene valor todo el trabajo. A veces nos esforzamos mucho y no obtenemos resultados y entonces nos frustramos y castigamos por no haberlo conseguido. A veces las cosechas se estropean y eso no quiere decir que el agricultor no haya dado todo lo que tenía. Es buen momento para sanar estos temas.
Disfruta
Prepara un momento especial. Prende incienso que te gusta, decora la mesa, pon música, incluso puedes preparar una actividad que te guste para cuando termines de comer. Haz un momento especial, por muy absurdo que pueda parecer. Es momento de celebración. Prepara tu comida.
Antes de dar el primer bocado, recuerda todo el proceso que has seguido. Desde los ingredientes hasta la preparación y la espera. Tu comida representa todos los logros. Tu cosecha. Es momento de hacer un pequeño hechizo para cerrar y terminar de "encantar" tu comida. Yo te recomiendo el siguiente:
"Gracias a la Vida, al Universo y a mí por este logro. Esta es mi cosecha. Estoy abierto a recibir todo lo bueno, porque lo merezco. Me permito recibir de mí, de la Vida y del Universo. Gracias, gracias, gracias"
Y ahora sí, disfruta de tu manjar, sintiendo como cada bocado te abre a todas esas energías.
Y hasta aquí este post. Espero que os sea de ayuda, tanto las reflexiones como las prácticas. Si os animáis a hacerlas me encantará saber que tal os ha ido, así que no dudéis en escribirme por aquí o en redes sociales.
Y por supuesto gracias a mí por el trabajo de escribir y crear este ritual y gracias a ti por leerme.
...que felices nos encontremos, que felices nos despidamos y que felices nos volvamos a encontrar.
Comentarios